Interprétenme diciendo que lo hicieron mal...
Si en momentos como este me exalto y parezco a punto de explotar, de volverme una flama calcinada por mi propia respiración y acelerado ritmo, no debe entenderse que tal es mi estado normal. Planariamente soy un tipo tranquilo y reposado, serio y calmo, paciente en la resolución y en mi esquina solitaria, ambientada por la armonía de mi deseo, espero los movimientos antes de saltar y así evitar caer en error. Pero no me mal entiendan tampoco soy un retentivo anal, falto de espontaneidad y que medita hasta el latir de su corazón.
Sólo soy guía y protagonista de mis actos, una mente que no deja de funcionar y medir su participación en el tiempo que le ha tocado observar, digerir, intentar modificar o simplemente desfallecer...
Y es en el afán de construir y crear, muchas veces un intento inútil,que todo se derrumba y la posibilidad se vuelve roca desprendiendose en mi contra, pues como los legos de un niño que recién aprende a moverse e interactuar con su medio, cualquier avance parece tambalearse listo a caer y volver a empezar... Es por eso que la frustración es inherente, es por ello que el inconformismo nos mueve, porque cuando conseguimos; el suelo desgraciado tumba nuestro quehacer o algún maldito insensible sin apreciar nuestro logro motriz viene y empuja nuestros cubos e incluso nosotros mismos, hastiados queriendo probarnos, solemos lanzar un fuerte golpe que los penetra en la insondable mudez de la caída y el intento, aún impensado de la reforma, de la revolución que traerá consigo un nuevo principio, un cambio o la mera pantomima de deshilvanar y coser el mismo muro de piedras azules, rojas, amarillas y en fin multicolores como la variedad esencial de la vida...
No hay que olvidar además que en ese erigir y derribar, la violencia y el primal instinto; siempre están. Jamas ausentes del baile, podemos encontrar el eros y el thanatos como ejes de todo musculo cerebral y corazón...
La muerte y la pasión sexual, configuran la oscura via y laberinto del hombre incluso, más pasivo...
Aquel con un signo negativo en la frente y que camina hacia atrás para anidarse en su pasado y volver al vientre de su madre. Por ende, mi carácter no es la excepción, no veo disminuida la innata y constante intención de alterar la soberana paz. Menos si me considero un opositor, un dinamo que se empuja a sí mismo, que da golpes para reventar contra el pavimento frío y así poder hallar el equilibrio que hace de mis sentidos alimento, la correa de mis depravaciones y la anarquía de mis anhelos...
Y como conseguirlo; siendo paciente y realmente tolerante, tolerante de tu ser en primer lugar, sin abanderar o encausar el trasero a un delirio colectivo y gratuito...
Sosteniendo desde luego y sin resquemor la propia avaricia, ego, psicopatías y millones de neurosis que configuran el mundo bizarro y oxidado de esa luz bienhechora que perjuramos tener como percutor matriz...
Las ideas desastrosas de holocaustos, genocidios, violaciones y la más pura degradación se anidan al igual que en todos y repercuten sobre mi cabeza
confusa; se bambolean en el subconsciente y la gran diferencia que marca el limite entre alguien que sólo sigue y mi persona, es que yo sin jactancia, puedo verlas y saber que su contraste, imaginado con mi alegría y esperanza, me permiten el entendimiento y la distancia, el conocimiento propio y la percepción de lo que abunda y muchas veces te acosa, persigue, ignora y rara vez te ayuda sin segundas obsecadas y egoístas intenciones.
Mas como dije al comienzo, de vez en cuando. ¿Cuándo exactamente?; cuando todo parece un callejón de mi propio cuestionar, cuando el vacío llega a su umbral de resistencia y para reconstruirse cambia de rostro mutando la libertad y creación en miedo y caos inamovible. Los ir y venir, las preguntas y sus pasajeras respuestas que sólo suelen ser nuevas formas de preguntar y moverte a la incertidumbre: Niegan por que entienden y al entender, sólo me queda negar: Deseo un arma y que mi víctima sea el mundo... Que el cielo sea esa gran pintura que puedo rasgar con mis uñas. Que el mar sea un charco mugroso que se aplasta bajo mis pies. Que los bosques sean un trozo verde invernando entre mis dientes tras haber sido masticados con ímpetu feroz. Que los animales sean un trofeo o reto para mi vista y sagacidad que busca hacer BAM!!! desafiando el ciclo normal de supervivencia y depredación. Por que tengo pólvora y mecanismos y soy un mecánico destructor... Por que puedo pisotear todo lo bello y ser un bastardo que no necesita justificarse
Que asco!!!
En ese momento me sé demasiado humano, humanista, ligado a la buena intención pero en la esfera opositora de drenar toda mi degradación con la víctima más inocente...
Entonces, siguiendo su naturaleza, su determinación pautada y en esquemas medidos con ratas y monos en laboratorios; adopto lo que parece más fácil y barato, transplantar un alma que es lo más sencillo despues de rehacerse la nariz o el culo.
Debo ser humano, humanista y destruir al más inocente y como la mayoría ya pende de una pared o luce gris en el aire, negro en su cauce y conozco a pocos que aún estén limpios. Debo desatar el drama... Y sin dejar de ser yo mismo, siempre considerado por mi tristeza que no gusta de herir a otros...
La inmolación rápida y dolorosa, con el tiro de la misma arma de mi furia e impotencia... es la solución para su conflicto y la catarsis de mí interrumpida serenidad...
Autor: Daniel Rojas.
- Publicado: Jueves, 6 Septiembre 2007 23:59:21 GMT
- En: malestar malatesta (monólogo)
- Permaenlace: Interprétenme diciendo que lo hicieron mal...
- Comentarios: 3
- Leído 4366 veces.